Textos en su Contexto - INFD Aula 02- Grupo A
lunes, 29 de septiembre de 2014
Estar o no estar: ésa es la cuestión
Estimadas/os tutora y compañeras/os: comparto mi relato y el prezi correspondiente. Saludos!
Relato: "Estar o no estar: ésa es la cuestión".
Tengo el gusto de trabajar en el único ISFD con que cuenta La Cruz (Corrientes), pueblo de origen jesuítico fundado en 1630, que cuenta con unos 7000 habitantes y se encuentra ubicado a orillas del Río Uruguay, a 426 km de la ciudad de Corrientes. Al “Sábato”, como lo llamamos, asisten alumnos de entre 21 y 40 años, aproximadamente, y muchos viajan desde localidades vecinas (Alvear, Guaviraví, Yapeyú) para estudiar una carrera de nivel Superior.
Este relato se vincula directamente con esta realidad institucional, porque presenta como caso la incidencia del “ausentismo” en la desmotivación, dada la escasa frecuencia del transporte interurbano, que obliga a un grupo de alumnos a retirarse cuarenta minutos antes de finalizar la clase para alcanzar el último colectivo a su localidad. Esta circunstancia se agrava los días de mal tiempo, ya que la carencia de transporte urbano obliga a los alumnos a trasladarse a pie desde la terminal hasta el instituto, y debido a esto en tales condiciones climáticas gran parte de ellos no asiste a clases.
Uno de los supuestos que expone Flavia Terigi en su trabajo sobre “Cronologías de aprendizaje” tiene que ver precisamente con la presencialidad: “Si ese supuesto se rompe, si alguna de la dos partes no va -y acá cabe tanto hablar del ausentismo de los chicos como del ausentismo de los docentes-, si una parte no cumple con el pacto de presencialidad, bueno, se nos desbarata la enseñanza…”
¿Confiamos demasiado todavía en el docente como la voz autorizada por el saber para “impartir” el conocimiento? Por mi experiencia me atrevería a decir que en el Nivel Superior esta figura no solo está vigente sino también potenciada en el imaginario de los actores institucionales. Para muchos, el docente “dicta” la cátedra y si éste o los alumnos no asisten, la “transmisión” no es posible.
Esta visión es un claro ejemplo de los planteos que hace Terigi en su ponencia respecto a que estamos formados a imagen y semejanza de un sistema educativo de otro tiempo y esa cristalización de supuestos pensados en otro contexto político y sociocultural muy diferente retrasa los cambios que la sociedad de hoy reclama a la escuela, que “cruje” y “resiste”.
Revisando el supuesto de la presencialidad podríamos pensar otras estrategias que conciban la educación como una construcción en la que la presencia física no fuera una condición excluyente para el desarrollo de experiencias significativas. Por ejemplo, y es una de las cosas que hacemos para acompañar la trayectoria de estos alumnos, utilizar las redes sociales como recurso pedagógico. La creación de grupos en Facebook donde participan los alumnos de los distintos años del Profesorado de Lengua y Literatura comenzó tímidamente, como un espacio de interacción al que temíamos un poco, porque pensábamos que quizás podría desvirtuarse el fin pedagógico.
Sin embargo, el uso del Facebook contribuyó progresivamente a mejorar la comunicación entre docentes y alumnos: a través del Face no sólo era posible estar al tanto de temas, consignas, lecturas, resultados, etc.; también hacer consultas a los profesores fuera del aula, en el proceso de elaboración de los trabajos, producir colaborativamente, incluso –me consta- con quienes por problemas de salud no podían asistir a reuniones de escritura colectiva y participaban de la revisión de borradores a través del chat de la red social.
A este uso primario como canal de comunicación que habilita instancias de tutoría y permite el trabajo grupal en red se le sumó la posibilidad de compartir en ese espacio extra-áulico informal distintos tipos de materiales complementarios de la bibliografía, que en forma de ensayos digitalizados, links a blogs y sitios de información, o videos en Youtube nos permitían continuar las reflexiones y debates iniciados en clase y extender la presencia de todos fuera del aula. Convertido en una suerte de “foro” los grupos comenzaron a recibir aportes de los docentes y los alumnos, y a compartir en comunidad la lectura crítica de esos materiales.
Otras dificultades de índole económica, como el acceso a los libros y materiales de estudio también pudo ser enfrentada exitosamente, gracias a la buena voluntad de docentes y alumnos, que accedieron a digitalizar con fines didácticos los textos sugeridos en las bibliografías y/o compartiendo en formato PDF los archivos que hallaron en diversos blogs educativos de la red. Esta acción solidaria también propició el desarrollo de herramientas de búsqueda de la información, la elaboración de recursos didácticos y el diseño de experiencias de aprendizaje con TICS.
En este proceso de nos encontramos, asumiendo las dificultades como desafíos e intentando evitar la desmotivación y la deserción de nuestros alumnos, para que los debates se prolonguen más allá de las 23:15, cuando termina la clase, y continúen en estos grupos que entendemos no son “virtuales”, sino reales, porque creemos que el quid de la cuestión no es Ser/no ser, sino ESTAR, para asumir el compromiso de aprender con otros...
jueves, 25 de septiembre de 2014
Aprendiendo
La
propuesta de escribir un relato, como actividad del curso “textos en su
contexto“, me llevó a sistematizar algunas ideas en
torno a mi experiencia al usar la “Red Social Educativa Edmodo “. La titulé ¿Nuevas tecnologías, viejas
prácticas de enseñanza? Cuestionando mi práctica docente, con la intención de reflejar mi posicionamiento al respecto.
¡Aquí lo comparto!
La
experiencia: Se inicia hace un par de
años para mejorar la comunicación en el curso
de ingreso al Profesorado de Lengua y Literatura del instituto
superior en el que me desempeño como docente.
Los
positivos resultados obtenidos durante el primer año me llevaron a
invitar a mis colegas. En la actualidad puedo decir que el 50% de ellos
y la totalidad de los alumnos conforman la red,
utilizándola como complemento de los espacios curriculares que cada
uno tiene a cargo.
Reflexiones: Mucho es lo que he aprendido y
seguramente mucho será lo que seguiré aprendiendo. Algunas cuestiones sobre las que estoy pensando :
* Los
alumnos utilizan las nuevas tecnologías y no es necesario dedicarle mucho
tiempo para explicarles cómo hacerlo: Rápidamente pude darme cuenta de mi
error .
* Mis
colegas se entusiasmarán con la propuesta: Varios se sumaron,
pero no todos y en algunos casos la participación es algo esporádica.
* La
circulación de la información será más simple: Tuve que revisar y ampliar algunos de los “principios “que me
acompañaron desde la teoría y desde la práctica durante años (en lo que a
comunicación didáctica se refiere) Por ej.
- La comunicación didáctica es institucionalizada: La institucionalización pensada en el marco de la organización escolar se amplía dando lugar a la incorporación de otras palabras, otros giros, otras formas y no siempre puedo distinguir lo esperado, lo aceptable, lo que debería cambiarse.
- La comunicación didáctica es grupal: El tiempo y el espacio presencial y el no presencial llevan a configuraciones grupales diferentes y cambiantes aún dentro del mismo “grupo clase”
- La comunicación didáctica es jerárquica: No me cuestiono la importancia de la intencionalidad pedagógico-didáctica del docente, sino la distribución de “las voces”.
¡¡¡Antes de despedirme, los invito a leer el relato en
Prezi!!!
lunes, 22 de septiembre de 2014
La Capacidad de Asombro
"Lo único que temo del
paso del tiempo, es perder mi capacidad de asombro.
Y más cuando mis niños de 5
años (puros, inocentes, impulsivos, espontáneos), tienen cada ocurrencia!
Aquel día,
entre manitos sucias de tanto jugar con plastilina, Jesús me preguntó si
me gustaba viajar en avión. Respuesta inmediata a una pregunta que me agarró desprevenida, dije la verdad:
-Más o menos, me da un
poquito de miedo.
-¡No tenes que tener
miedo seño! Porque si el avión se cae, con "un
par de caídas" no te pasa nada.
Fueron de esos segundos en los que por mi
mente se cruzaron escenas, imágenes, dudas, tratando de darle un sentido a las
palabras que Jesús me decía. Lo primero que se me ocurrió, fue casi "lo
lógico": ¿Un par de caídas? Seguramente a la primera ya no me quedarían
opciones ni siquiera para imaginar que "no me pasaría nada".
- ¿Cómo que con un par
de caídas no me pasa nada? No te entiendo, Jesús.
- Claro seño! El
"par de caídas" es una mochilita que cuando el avión se cae, usted
tira de una tirita y se abre el globo grandote arriba de su cabeza. Y así no le
pasa nada...
Su respuesta fue un aluvión de ternura, de esos que logran mejorar indiscutiblemente tu día. Sonríe tu alma, endulzan
tus oídos, tus gestos se relajan y expresan lo anonadada que quedás frente a la
simpleza de aquellas palabras.
Esas dosis de frescura que los niños te
dan a diario, permiten ejercer la famosa frase que aconseja "mantener vivo
al niño que llevamos dentro". Entre investigaciones, evaluaciones,
planificaciones y demás responsabilidades que la docencia implica, hay un
margen por donde se cuela el aire fresco que nos dan nuestros alumnos; el mismo
que le da sentido al esfuerzo que realizamos.
Los años pasan, nuevos grupos de niños
recorren nuestras aulas y así como con el paso del tiempo crecen ellos, también
crecemos nosotros.
Ese crecimiento trae cambios, nos
enriquecemos con las nuevas experiencias, pero el riesgo de la historia es el
envejecimiento del alma; esa cornisa por la que transitamos al momento de que la
rutina de nuestro trabajo no se convierta en una rutina del corazón.
Por eso me propuse
siempre a dejarme sorprender...
Porque... lo único que
temo del paso del tiempo, es perder mi capacidad de asombro".
Comparto el siguiente enlace que me pareció muy divertido!!!
"Las grandes ocurrencias de pequeñitos autores"
"Las grandes ocurrencias de pequeñitos autores"
Relato
Ahora comparto mi relato Otro Jueves cobarde espero les agrade.
Ahora comparto mi relato Otro Jueves cobarde espero les agrade.
“Otro jueves cobarde…” cuando Milton
comenzó la lectura de su cuento policial no pude menos que sonreír. La canción
de Iván Noble que supo grabar con Sabina resonaba en el aula ¡Estos chicos no
dejaban de sorprenderme!
Habían pasado apenas 4 semanas de
trabajo juntos, 4 encuentros de 2 horas reloj de los 8 que compartiríamos según
lo pautado por el programa FINES en la Ciudad de Buenos Aires, y el vínculo con mis 8
alumnos se iba fortaleciendo y fortificando.
No trabajo como docente en nivel
medio, lo único que me permito (y es realmente un permiso ya que mi excedida
carga de horas de clase me indica no tomar nada más) es tener un grupo por
cuatrimestre donde poder compartir con otros mi pasión por la literatura.
Durante ese cuatrimestre del 2013 y
con este grupo decidí redoblar mi apuesta y proponer no solo la lectura sino
también la escritura de invención de textos literarios. ¿Por qué lo hice con este grupo
y no con otros? ¿Por qué me animé y tomé el
riesgo (¡y el trabajo!) de producir
escritura de ficción en el aula? Supongo que a mis ganas se sumó algo intuitivo
que pude percibir en el grupo encuentro a encuentro: asistencia casi perfecta,
entrega de las tareas que rigurosamente y clase a clase proponía, participación
activa y discusión sumamente amena de los textos literarios, respeto y
camaradería entre pares… podría seguir enumerando y no sé si justifico aún mi
decisión.
Pero recuerdo esa clase en que leían
los cuentos policiales producidos a partir de la canción “El caso de la rubia
platino” y no dejaba, como mencionaba antes, de sorprenderme.
Y debería agregar: no dejaba de
emocionarme y de disfrutar con ellos, como un par más, no solo ante las
lecturas sino ante los comentarios. Cómo se sugerían cosas unos a otros, cómo
se felicitaban, cómo se daban ideas para seguir o mejorar en sus producciones…
Fue una clase hermosa en la que todos
nos fuimos “felices”. No tengo pudor en decir la palabra felicidad, sobre todo
porque es lo que me da la docencia día a día y porque es el motivo por el cual
la sigo eligiendo.
domingo, 21 de septiembre de 2014
Más de Liniers...
Si fuiste -como yo- un admirador de Quino toda tu vida... no te va a disgustar Liniers...
Enriqueta no es Mafalda, pero conversa de lo lindo con su gato Fellini y su oso Madariaga. Sus reflexiones pueden provocar un altísimo grado de identificación. O díganme:
¿quién no pensó esto alguna vez?:
Debo confesar que disfruto mucho apagando la televisión y haciendo de cuenta que el país/mundo no está tan mal como parece. Entonces más de una vez tengo actitudes como esta, de puro hedonismo:
Y cuando el grillo de la conciencia dice "¡Presente!", aparece el viejo dilema y de nuevo se cruzan en duelo el deber y el querer...
No cabe dudas, dibujando, este tipo macanudo también nos hace pensar...
Sebastián Franco
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